El Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, ha incoado el expediente para la declaración del nudo español como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, lo que supone su anotación preventiva en el Inventario General del patrimonio, mientras se procede a la tramitación para su declaración definitiva.
Tal como se describe en el expediente que ha servido d base para esta declaración como patrimonio inmaterial, la milenaria historia las alfombras y de los tejidos de nudo, esta técnica y arte representa una variante minoritaria de las técnicas del anudado que arraigó casi exclusivamente en los territorios de la Península Ibérica. De ahí que la historiografía moderna pasara a denominarlo ‘nudo español’. Su producción se vio desplazada a partir del siglo XVII por otras modalidades de anudado, como el ‘nudo turco’. Sin embargo, consiguió sobrevivir y a mediados del siglo XX se produjo un movimiento de recuperación de esta antiquísima tradición alfombrera, que provocó el renacimiento de los talleres del nudo sencillo.
Este saber hacer ha llegado a la actualidad en una situación crítica en la que el riesgo de extinción parece cierto e inminente. Por ello, su declaración pretende, como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, contribuir a la salvaguarda de esta técnica y a la difusión internacional de esta técnica que todavía permanece viva en España. La técnica del ‘nudo español’, además de estar asociada a los testimonios materiales de su producción (alfombras y otros tejidos), instrumental y espacios arquitectónicos específicos, reúne valores históricos, inmateriales, tecnológicos y artísticos del Patrimonio Cultural Inmaterial de España. Además de la técnica propia de anudado sencillo, se han considerado los distintos procedimientos de preparación y producción del tejido: el hilado, el urdido, el montaje del telar, el atado, el tensado o la técnica para la realización de fajas y su remate. También se han tenido en cuenta los materiales necesarios para su producción: bocetos y cuadrículas, urdidor de bastidor, rueca, peines de púas o telares manuales de alto lizo, entre otros.
El expediente citado también valora los oficios implicados en la manufactura de este tipo de tejidos. Entre ellos destacan: el oficio de las tejedoras, que se clasificaba en oficial o tejedor de primera por cuadrícula, oficial o tejedor de segunda por cuadrícula y aprendiz, que era totalmente femenino. De igual manera las personas que hacían los dibujos son parte imprescindible y necesaria; así como el oficio de teñir lanas, labor que en las fábricas de importancia se tenía que encargar a proveedores especializados, o la hacían con técnicos propios. Se señala en el documentado estudio realizado que la percepción del oficio y la implicación social de los trabajadores de ‘nudo español’ son temas que necesitan una mayor investigación y aporte de referencias .
Actualmente pervive el edificio de la Fundación Real Fábrica de Tapices en Madrid, como obradores relacionados con esta actividad, que ha estado vinculada a la fabricación de alfombras de nudo en su trayectoria histórica. La sede de esta manufactura, inaugurada en 1889, adoptó un plan de manzana cerrada en el que se concentraban todas las actividades relacionadas con la producción y la restauración, así como lugares de almacenamiento.
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Fuente e Ilustraciones: MECD (Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España 28.05.2022)