María Teresa Ventura Rodríguez

Profesora-investigadora de Tiempo Completo en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICS y H, “AVP”-BUAP), y profesora en los posgrados de Historia y de Estudios Territoriales del mismo Instituto. México.

Doctora en Historia por la Universidad Autónoma de Puebla. 

Breve C.V.:

Doctora en Historia por la Universidad Autónoma de Puebla, México. Se ha desempeñado como docente en las licenciaturas de diversas facultades de la BUAP. Actualmente es Profesora-investigadora de Tiempo Completo en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICS y H, “AVP”-BUAP), y profesora en los posgrados de Historia y de Estudios Territoriales del mismo Instituto.

Ha sido fundadora y coordinadora de los seminarios permanentes: Industria, Patrimonio y Sociedad; Historia, Tecnología y Cultura Industrial e Historia de los Movimientos Sociales. Su trabajo lo ha dirigido hacia la historia de la industrialización y del movimiento obrero en Puebla, la Historia Oral  y el Patrimonio Industrial. Entre sus proyectos de investigación están: El rescate de la cultura industrial a las orillas de los ríos Atoyac y San Francisco; el sindicalismo en el sector textil, azucarero y minero y el béisbol como patrimonio cultural intangible.

Ha organizado una serie de eventos académicos y participado como ponente en  diversos congresos nacionales e internacionales y ha publicado artículos y libros.

La Constancia Mexicana. Una ex fábrica textil poblana y sus nuevos usos.

Sección: Nuevos usos y empleos en el Patrimonio Industrial en una segunda vida.

La ponencia se referirá a los nuevos usos de un patrimonio industrial edificado que albergó la fábrica textil La Constancia Mexicana. Tiene como objetivos mostrar la reutilización de sus espacios, que de alguna manera se han usado con fines culturales; pero que lamentablemente hasta ahora no se ha dedicado un espacio para un museo de la industria textil. Considero que es muy importante darle una segunda vida a los espacios fabriles pero siempre tratando de considerar la historia y la puesta en valor de las actividades industriales y de la memoria del trabajo.

La Constancia Mexicana fue la primera fábrica textil en México que utilizó la energía hidráulica como fuerza motríz; se emplazó a orillas del río Atoyac en la periferia de la ciudad de Puebla. Sus fundadores fueron Don Estevan de Antuñano y Gumersindo Saviñón después tuvo diferentes dueños.

En 1972 Miguel Barbaroux entregó la factoría a los trabajadores como pago de las deudas que había contraído con ellos; los obreros formaron una cooperativa y la operaron hasta 1991. Ante un conflicto por la propiedad el gobierno estatal expropió el inmueble, mismo que estuvo sin uso alguno cerca de diez años. Posteriormente ya en manos del gobernador del estado de Puebla, se acondicionaron espacios para las orquestas de Esperanza Azteca y para diversos museos que nada tienen que ver con la fábrica o lo textil. Nuestro propósito es el de motivar a las autoridades y a la sociedad civil a instalar un museo de la industria textil en dicho sitio.

 

The Mexican Constancy. A former poblana textile factory and its new uses.

The presentation will refer to the new uses of a built industrial heritage that housed the textile factory La Constancia Mexicana. Its objectives are to show the reuse of its spaces, which in some way have been used for cultural purposes, but unfortunately until now has not been dedicated a space for a museum of the textile industry. I think it is very important to give a second life to the factory spaces but always trying to consider the history and the value of the industrial activities and the memory of the work.

The Mexican constancy was the first textile factory in Mexico that used hydraulic energy as a driving force; it was located on the banks of the Atoyac River on the outskirts of the city of Puebla. Its founders were Don Estevan de Antuñano and Gumersindo Saviñón later had different owners.

In 1972 Miguel Barbaroux gave the factory to the workers as payment of the debts he had contracted with them; the workers formed a cooperative and operated it until 1991. Faced with a conflict over property, the state government expropriated the property, which had been unused for nearly ten years. Later, in the hands of the state governor, spaces were prepared for the Esperanza Azteca orchestras and for various museums that have nothing to do with the factory or the textiles. Our purpose is to motivate the authorities and civil society to install a museum of the textile industry in this site.