La jornada vespertina del viernes 20 de junio en las XXVII Jornadas Internacionales de Patrimonio Industrial consolidó, una vez más, el carácter multidisciplinar, abierto e internacional del encuentro. Los contenidos de las sesiones celebradas en Laboral Ciudad de la Cultura ofrecieron una panorámica rica en enfoques, metodologías y experiencias prácticas sobre la gestión del territorio, la memoria industrial, el urbanismo, la energía, la innovación y los desafíos de la sostenibilidad cultural. Pero, sin duda, uno de los momentos más memorables de la tarde fue la Mesa Redonda sobre Faros Históricos, que logró hacer reflexionar en torno al valor simbólico, técnico y patrimonial de estas atalayas del mar.

Mesa redonda: Faros históricos. Ingeniería, patrimonio y sociedad

En la Sala 4, la mesa sobre faros históricos reunió a profesionales de primer nivel procedentes de distintos ámbitos: arquitectura, conservación portuaria, historia técnica, archivo y divulgación científica. La conversación permitió desentrañar las múltiples dimensiones de estas construcciones, que no solo orientaron a marineros y navegantes durante siglos, sino que hoy forman parte fundamental del paisaje costero, la memoria colectiva y la identidad territorial.

El Santiago Sánchez Beitia (UPV/EHU) ofreció una visión precisa sobre la ingeniería aplicada en la arquitectura de los faros, mientras que Deborah Jiménez Pereda, del Ministerio de Cultura, aportó claves sobre los procesos administrativos para su protección como bienes culturales. Sebastián Espinar Cerrejón, de Puertos del Estado, se centró en la evolución tecnológica de las señales marítimas. A ello se sumó la experiencia directa de Nagore Gutiérrez-Solana Aizpurua, desde la Autoridad Portuaria de Avilés, y el valioso testimonio de Roque Galcerán Sáez, técnico de señales, junto con la archivera Ana Espina Díaz de la Autoridad Portuaria de Gijón. Esta mesa no solo brindó datos técnicos, sino también relatos humanos cargados de emoción, que subrayaron la necesidad de preservar estos enclaves como auténticos faros del patrimonio cultural.

Proyectos y experiencias desde el territorio

En Sala 5, las intervenciones giraron en torno a la gestión sostenible del territorio. Desde Bolivia hasta México, pasando por Asturias, Chile o Brasil, los ponentes compartieron casos de estudio que combinan análisis riguroso con propuestas innovadoras para la reutilización de espacios industriales, la reindustrialización urbana o la valorización del paisaje. Destacaron, entre otras, la presentación sobre la antigua Fábrica de Armas de La Vega en Oviedo, la estrategia de recuperación del Puerto Ferroviario de Pajares y los itinerarios de memoria obrera en Caxias do Sul (Brasil), centrados en el trabajo femenino. Un conjunto de propuestas que refuerzan el papel del patrimonio como motor de desarrollo territorial y como recurso para la cohesión social.

Memorias industriales desde América Latina y Europa

Mientras tanto, en Sala 6, las sesiones ofrecieron un completo recorrido por iniciativas vinculadas a la memoria industrial, la innovación tecnológica y los retos de sostenibilidad patrimonial. Se abordaron experiencias que van desde el antiguo ferrocarril eléctrico La Habana-Güines hasta la recuperación de almazaras en el sur de Italia o los nuevos modelos de integración energética en la vivienda tradicional colombiana. Las ponencias fueron tan variadas como complementarias, aportando una visión poliédrica del patrimonio como objeto de investigación científica, intervención arquitectónica y transformación social.

Entre los temas tratados se pusieron en valor tanto los procesos de rescate de infraestructuras en ruinas como las fórmulas de participación ciudadana, diseño ecológico y educación patrimonial. Especial atención recibieron los proyectos centrados en la preservación del patrimonio eléctrico y ferroviario de México, la arquitectura industrial brasileña o las experiencias de innovación fotovoltaica aplicadas a viviendas históricas.

Las sesiones de la tarde del viernes pusieron el broche académico a unas jornadas que han sabido reunir conocimiento técnico y sensibilidad social, con un programa vibrante y abierto a la diversidad de perspectivas. A través de los faros, del paisaje industrial o del trabajo de mujeres invisibilizadas, se trazó una narrativa que conecta lo material con lo simbólico, lo local con lo global, y lo histórico con los desafíos contemporáneos.

La memoria del trabajo, de la técnica y del territorio sigue viva. Y estas jornadas son prueba de ello.

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